San Agustín (345 - 430)

por Lorena Pat


Mi peso es mi amor; él me lleva doquiera soy llevado

 (C 13,9,10)  


Nombre completo : Aurelio Agustín 

Fecha y lugar de nacimiento : Tagaste (Argelia actual) el 13 de noviembre del 354

Fecha y lugar de fallecimiento: Hipona el 28 de agosto del 430

Teólogo latino, una de las máximas figuras de la historia del pensamiento cristiano. Excelentes pintores han ilustrado la vida de San Agustín recurriendo a una escena apócrifa que no por serlo resume y simboliza con menos acierto la insaciable curiosidad y la constante búsqueda de la verdad que caracterizaron al santo africano. En lienzos, tablas y frescos, estos artistas le presentan acompañado por un niño que, valiéndose de una concha, intenta llenar de agua marina un agujero hecho en la arena de la playa. Dicen que San Agustín encontró al chico mientras paseaba junto al mar intentando comprender el misterio de la Trinidad y que, cuando trató sonriente de hacerle ver la inutilidad de sus afanes, el niño repuso: "No ha de ser más difícil llenar de agua este agujero que desentrañar el misterio que bulle en tu cabeza." 

San Agustín debe ser leído en clave trinitaria. Las tres hipóstasis: Padre, Hijo y Espíritu Santo se reflejan en el mundo y, particularmente en la estructura del alma y, lo que es más, en el itinerario del alma hacia Dios. Se trata de una trinidad horizontal, y no de una trinidad jerarquizada, como es el caso de las tres hipóstasis de Plotino (Uno, Inteligencia, Alma). Sin embargo, en el ser humano, la horizontalidad cede paso, de alguna manera, a la verticalidad: memoria, inteligencia, voluntad, se corresponden con tres pasos, recordar nuestro origen divino, conocer a Dios y, finalmente, amarlo. Dios está a la vez lejos y cerca del ser humano. Cerca: porque la razón humana participa de la sabiduría divina hasta el punto de que el alma es imagen de Dios. Lejos: porque hay que emprender una lucha contra el egoísmo y contra la sensibilidad para reconocer a Dios.  
El alma y el cuerpo Recomemos el tema de las relaciones entre alma y cuerpo. Para san Agustín la persona humana es el alma y el cuerpo, pero el cuerpo se adhiere al alma: Decís que el mundo es un animal felicísimo y a la vez lo queréis eterno. Es Platón el autor de esta sentencia. ¿Cómo, pues, si el alma para ser feliz ha de huir todo cuerpo, el alma del mundo ni será desligada de su cuerpo ni carecerá nunca de felicidad? Que el sol y todos los demás astros son cuerpos, no solamente lo admitís en todos vuestros libros, cosa que los hombres todos no dudan en ver y decir, sino que con maestría más elevada, según vuestro criterio, decís que son animales felicísimos y con cuerpos eternos. ¿ Por qué, cuando se os predica la fe cristiana, entonces os olvidáis o fingís ignorar lo que soléis discutir o enseñar? (De civ. Dei, X, 29). El ser humano, alma y cuerpo, busca la vida feliz. Estas tres cosas están en el hombre, pero de cal modo que ellas no son el hombre. Según la definición clásica, el hombre es animal racional morral . Son tres notas que sobresalen en el hombre, pero no son el hombre. Una sola persona, es decir, cada hombre singular tiene aquellas tres cosas en la mente. Si definimos al hombre diciendo que es una sustancia racional que se compone de alma y cuerpo, no hay duda de que el hombre tiene un alma que no es cuerpo, y un cuerpo que no es alma (De Trin. , XV, 7, 1 1).

Aportaciones.

La aportación principal de San Agustín a la reflexión teológica respecto a la Iniciación cristiana se puede apreciar desde dos puntos de vista: el testimonial y el pastoral. Respecto al testimonial, el legado de su obra Confesiones, que transmite ciertos datos autobiográficos con importantes detalles personales y profundas consideraciones vitales, por otra parte, desde la perspectiva pastoral, San Agustín se enfrentó a donatistas y pelagianos, así, desde estas dos perspectivas, podemos decir que, en el ámbito de la teología, la contribución agustiniana se dio en cuatro momentos: i) la iniciación cristiana la vida San Agustín, ii) la clarificación de la doctrina frente a donatistas y pelagianos, iii) la teología bautismal y 4) la teología eucarística. (Rico, 2006, p. 205) San Agustín concibe el pensamiento como progreso sobre el mismo eje: la verdad. Evita la sistematización es de carácter cerrado que en cierto modo le alejan de la vida y de las propias cosas. De este modo, comprender el pensamiento de San Agustín es captar su sistemática de especulación: concreta y abierta, de lo contrario, asumimos el riesgo de que se presente como un conglomerado de temas, sin poder visualizar la interna nervadura dialéctica que le da sentido a todos ellos. (Villalobos, 1982, p.19)

El conocimiento de la verdad San Agustín de Hipona orienta toda su filosofía a la búsqueda de la verdad trascendente. Acorde con la influencia socrático-platónica, busca la verdad eterna,necesaria e inmutable y rechaza el conocimiento mutable que ofrecen los sentidos. El medio para encontrar la verdad no está en el exterior, en las cosas, sino en el interior del ser humano, en el alma. La verdad suprema es Dios y solo el alma, a través de la iluminación divina, puede descubrirla. La búsqueda en el interior culmina en un movimiento hacia el conocimiento de la trascendencia divina. De este modo, Agustín de Hipona rechazó la teoría de la reminiscencia platónica y de la transmigración delas almas, y señaló la vía de la interioridad como llamada hacia la verdad.

Dios y la creación del mundo En el Antiguo Testamento, en el Génesis, se relata cómo Dios creó el mundo de la nada. San Agustín de Hipona, distanciándose de las ideas neoplatónicas,mantuvo las ideas religiosas del cristianismo, pero intentó afrontar este problema deforma teológica. En primer lugar, sostuvo que la creación debió de darse de la nada,porque, si no, habría que admitir, como hicieron los filósofos griegos, que Dios sel imitó a dar forma a una materia ya preexistente y eterna. De esta forma, cambia el concepto griego de «demiurgo» y «emanación» por el bíblico de «creación» desde la nada (ex ni hilo). En segundo lugar, si Dios había creado el mundo de manera libre y voluntaria, entonces, ¿cómo explicar la existencia del mal en el mundo? Esta idea dela responsabilidad de Dios en la creación del mal, que admitían los maniqueos, la crítica San Agustín de Hipona afirmando que el mal no existe, que es solo ausencia del ser. El mal consiste en no-ser, en una deficiencia o privación de algo que el sujeto debería tener. La deficiencia no radica pues en la causa primera, que es Dios, sino en


Sucesor.
Eraclio

Libros

  • Confesiones De civitate
  • Dei De continencia 
  • De diversis quaestionibus 
  • De genesi ad litteram 
  • De libero arbitrio
  •  De moribus Ecclesiae et de moribus manichaeorum 
  • De musica 
  • De quantitate animae 
  • De Trinitate Sermones Soliloquorum libri JI  


Críticas.

En su afán por entender lo que diferencia lo falso de lo verdadero, san Agustín no atina a apuntar si la relación entre ambos es de semejanza o de desemejanza o de otra cosa; pues si se considera lo primero cabría pensar que todo es falso, ya que todos los objetos se vinculan de alguna manera siempre. Vinculación que es la misma en todos. Si se escoge, empero, la segunda opción, todas las cosas podrían decirse falsas, pues no habría ninguna a partir de la cual se pudiese comparar, no habría ninguna verdadera. Otra salida sería decir que lo verdadero es lo que es, no obstante esto nos incitaría a aceptar que nada falso hay. Hasta aquí, según lo dicho y cómo fue dicho, se nos revela que la distinción buscada ha caído en el ámbito ontológico. San Agustín se da muy bien cuenta de ello y da paso a considerar lo falso, lo falaz y lo mentiroso desde otro orden. Además san Agustín pone a un mismo nivel lo falaz del hombre, que es un animal racional, y lo falaz de la zorra, que es un animal irracional o natural. Si eso es así, no podemos no pensar que entre uno y otro animal no hay una distinción, de tal forma que ambos sean racionales o ambos sean irracionales. El aspecto moral pudiese librarnos de este problema. Como puede verse, también, la influencia neoplatónica es muy fuerte aún en este texto agustiniano; la copia de la copia es falsa o por lo menos mendaz por querer parecerse a lo real; pero mucho más mendaz o falaz será la copia de la copia de la copia, sea una pintura o el reflejo de un espejo. En fin, de lo citado, para avanzar en la comprensión de la mentira en el orden que el santo africano siguió, puede extraerse que 1) el hombre falaz o mentiroso no dice la verdad porque quiere engañar, con todo y que sabe la verdad; 2) mientras que el hombre mendaz es el hombre ignorante que miente, o mejor dicho, que no dice la verdad por ignorancia, porque no la sabe; y 3) la verdad se ve oculta o por el engaño o por la ignorancia.


Sabías que...


Referencias

H. Zagal, México, D.F., 2008,Narración, creencia y acción. Propósito San Agustín y la teología de la acción 

Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de San Agustín. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España). Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/agustin.htm el 19 de agosto de 2020. 

Créditos de imágenes

San Agustín de Hipona en filco.es 

Créditos de investigación

Lorena Pat

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