Carl Rogers (1902 - 1987)

por Pamela Vázquez.


La única persona que no puede ser ayudada es esa persona que culpa a los demás. 

Nombre completo: Carl Rogers

Fecha y lugar de nacimiento y fallecimiento: Nació el 8 de enero de 1902 en Oak Park. Murió el 4 de febrero de 1987 en La Jolla E.U.

Datos adicionales (familia, condición económica):

Fue el cuarto de una familia de 6 hijos. Su padre fue Ingeniero Agrónomo y su madre de religión protestante. Rogers era un niño retraído y solitario que despertó la preocupación de sus padres por su falta de contacto humano y por su gusto por el aislamiento. Alrededor de 1922 se graduó en Historia. Por esas fechas se casó con Elena, a quien conocía desde la infancia y quien sería su compañera de por vida. Entonces mostró interés en la psicología, por lo cual se inscribió en el Teachers College, en Nueva York, donde cursó la licenciatura y después el doctorado (1931).

Ideas principales (aportaciones a la psicología):

1. Terapia/ educación centrada en el usuario.

2. Teoría de la personalidad: La necesidad de consideración positiva, auto-actualización, congruencia-incongruencia, persona completamente funcional.

3. Teorías Rogerianas: Importancia de la relación terapéutica.

En la relación con las personas resulta beneficioso comportarse tal como uno es: Según Carl Rogers, en la relación con los demás «no es útil tratar de aparentar, ni actuar exteriormente de cierta manera, cuando en lo profundo de mí mismo siento algo diferente». Nada de esto ayuda a tener relaciones positivas. Por lo tanto, la congruencia (Todo aquello que siento interiormente es aquello que expreso, es decir, soy el mismo interior y exteriormente) es una de las actitudes claves para establecer una buena relación interpersonal.

Se logra ser más eficaz cuando uno puede escucharse con tolerancia y ser uno mismo: Rogers clarificó que en la medida en que se permitía ser como se es en realidad, le resultaba más fácil aceptarse a sí mismo como un individuo decididamente imperfecto, que no siempre actúa como lo desea. «Cuando me acepto como soy, puedo modificarme», dice Rogers, y agrega: «No podemos cambiar, no podemos dejar de ser lo que somos, en tanto no nos aceptemos tal como somos». La aceptación de sí mismo permite que las relaciones se tornen reales.

En la relación interpersonal tienen un gran valor el permitirse comprender a otra persona: Carl Rogers sostiene que el comprender al otro es riesgoso, ya que podría modificarnos, y todos experimentamos temor frente al cambio. Pero la comprensión enriquece, porque permite penetrar en el marco de referencia del otro y conocer su propia visión de la vida.

Es enriquecedor abrir canales de comunicación que permitan a los demás expresar sus sentimientos: Rogers afirma que existe una serie de recursos para facilitar la comunicación, y algunos de estos recursos dependen de las propias actitudes. En la medida en que se logra reducir el temor o la necesidad de defensa, las personas pueden comunicar sus sentimientos libremente.

Es gratificante aceptar a las personas como son: Rogers insiste en que aceptar realmente a otra persona con sus propios sentimientos no es tarea fácil, así como tampoco es fácil comprenderla. Es difícil para nosotros permitir que los demás difieran de nosotros o que piensen y sientan de un modo distinto a como lo hacemos nosotros. Pero, las diferencias entre los individuos, el derecho de cada uno a utilizar su experiencia a su manera y descubrir en ella sus propios significados, es una de las potencialidades más valiosas de la vida y es una forma de ayudarla a convertirse en persona.

Cuanta mayor apertura experimente hacia las propias realidades y hacia las de los demás, menos se desea «arreglar las cosas»: Rogers sostiene que se puede experimentar mayor satisfacción siendo uno mismo y permitiendo que el otro sea él mismo. Esta actitud puede suscitar cambios: «Cuanto más deseoso está cada uno de nosotros de ser él mismo, tantos más cambios se operan no sólo en él, sino también en las personas que con él se relacionan».

Libros:

El tratamiento clínico del niño problema (1939) Orientación psicológica y psicoterapia (1942/1978) Psicoterapia centrada en el cliente (1951) El proceso de convertirse en persona (1979) Una afirmación apasionada (1969) Libertad de aprender (1969) Grupos de encuentro (1970) Psicoterapia y relaciones humanas (1971) Psicoterapia centrada en el cliente (1972) El matrimonio y sus alternativas (1972) El poder de la persona (1977) Orientación psicológica y psicoterapia (1978) Persona a persona (1980) El Camino del Ser (1980) La persona como centro (1981)

Principales influencias: Otto Rank, Martin Buber, Kurt Goldstein, Leta Stetter Hollingworth, Søren Kierkegaard

Discípulos o sucesores: Marian Kinget, Hugo Galindo

Críticas principales:

Las limitaciones de este enfoque muestran que su empleo puede ser difícil en medios socioeconómicos en desventaja.

La terapia centrada en el cliente puede inflar los egos del usuario al darles permisividad y dirección. 


Sabías que...

Según Jacques Mousseau (1981), Rogers se describe a sí mismo en su autobiografía de la siguiente manera: Soy un psicólogo de orientación humanista; un psicoterapeuta profundamente interesado en la dinámica del cambio de la personalidad; un científico dentro de los límites de mis posibilidades para medir ese cambio; un educador, estimulado por la posibilidad de facilitar el aprendizaje; un filósofo de alcances limitados, especialmente en aquello que concierne a la filosofía y a la psicología de valores humanos. En cuanto a persona, pienso que afronto mi vida de un modo positivo; un tanto independiente de los demás en mis actividades profesionales, socialmente más bien tímido, pero disfrutando de sólidas amistades; capaz de relaciones humanas, aunque no siempre he salido del todo avante en ellas; frecuentemente mal juez de los demás, exhibiendo demasiada tendencia a sobreestimarlos; dotado de cierta capacidad para liberarlos, en un sentido psicológico; capaz de obstinarme en terminar un trabajo o en ganar una batalla; ardientemente deseoso de influir en cierto modo sobre los demás, pero sin osar siquiera ejercer sobre ellos un poder o una autoridad.

A diferencia de la terapia conductual, Rogers no se enfocó estrictamente en el análisis del comportamiento, y tampoco lo hizo en torno a los deseos e impulsos inconscientes, como el psicoanálisis, sino que aportó una mirada más íntima y asistencial del oficio del psicólogo.

La terapia debía ser un encuentro entro dos seres humanos en igualdad de condiciones, donde el psicólogo no representaba una figura de autoridad sino un agente de mediación

Referencias

Arosemena, R. (2018) ¿Quién soy yo? Psyciencia. Recuperado de: https://www.psyciencia.com/quien-soy-yo-la-biografia-de-carl-rogers/


Guerri, M. (2013). 50 frases de Carl Rogers sobre la empatía y el humanismo. Disponible en: https://www.psicoactiva.com/blog/frases-de-carl-rogers/

Pezzano de Vengoechea, Gina (2001). ROGERSSU PENSAMIENTO PROFESIONAL Y SU FILOSOFÍA PERSONAL. Psicología desde el Caribe, (7),60-69.[fecha de Consulta 18 de Agosto de 2020]. ISSN: 0123-417X. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=213/21300705

Créditos de imágenes

https://estebangalliera.com/2018/09/23/el-poder-de-la-persona-comentario-sobre-la-obra-de-carl-rogers-parte-i/

Créditos de investigación

Pamela Vázquez Sánchez

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